Articulo 14 de la carta Magna

La constitución española de 1978, aceptada por todos los españoles, hombres y mujeres, en libre derecho como país democrático y refrendado en 1981, en su artículo catorce dice:

Artículo 14.

Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Esto, no se cumple por los políticos, por el poder judicial y por las asociaciones feministas a favor del maltrato al hombre, por el simple motivo de nacer hombre.

Artículo 20. Carta Magna

1. Se reconocen y protegen los derechos:

A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

A la libertad de cátedra.

A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La Ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.

3. La Ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.

4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las Leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.

5. Solo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.

sábado, 22 de enero de 2011

EL POSMACHISMO ESTÁ AQUÍ


La igualdad no gusta, no hay que darle más vueltas, es así de sencillo. Y no gusta por lo que representa y por lo que significa, que no es otra cosa que hablar de ella no sólo sobre la referencia del artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que recoge la 'igualdad ante la ley' sino, sobre todo, hacerlo alrededor de su artículo 2, el que se refiere a la igualdad como principio básico, pues no sólo hay que ser iguales ante la ley, sino que debemos serlo, fundamentalmente, antes de la ley. Dejar que la ley dirima los problemas sobre la igualdad es reconocer que nos movemos en la desigualdad.

Las críticas ya no se hacen de manera directa contra la igualdad, pero cuestionan los avances para que no haya una alternativa a la posición histórica. Si nada cambia, todo sigue igual. Es el posmachismo, la nueva estrategia para conseguir mantener la desigualdad, y es tan exitoso porque juega con los sentimientos de toda la vida y los miedos de la 'amenaza' que supone un nuevo escenario.

Aunque ahora nos pueda parecer extraño, la reacción crítica contra la igualdad no es muy diferente a la que antes se ha producido al intentar poner fin a los privilegios de sangre, religión, raza,… Ahora toca acabar con los privilegios basados en el sexo, que, aunque duela o moleste, han estado en el lado de los hombres, y la reacción no ha tardado en aparecer en forma de resistencias y rechazo para evitar que se consiga.

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